viernes, 25 de septiembre de 2015

Eje I: Sociedad y Tics. Cambios sociales y nuevos paradigmas en la Era Digital.


Reflexión sobre el Eje 1 de la materia Nuevas Tecnologías de la Educación, basada en el texto: ¿Qué le está haciendo internet a nuestros cerebros? de Nicholas Carr


 Nicholas Carr con su texto nos interpela: ¿Está Google volviéndonos más estúpidos? Habla de reconfiguración de redes neuronales, de pérdida de concentración, de pasar de ser  buceadores del pensamiento en el pasado, a flotar en sus aguas en la actualidad. Todo esto por culpa de Internet.  
Preocupante -por decir poco- el texto analiza como esta nueva relación con Internet -la World Wide Web, la red de redes- ha cambiado la forma de pensar del individuo actual. Nadie duda sobre los beneficios de Internet. Mucho se ha hablado de esto: comunicación, acceso a la información, acortamiento de distancias, comercio digital… Con internet -todos lo sabemos- hoy hacemos lo que antes, hace pocos años, era impensable: estudiar una carrera en Buenos Aires (o en cualquier parte del mundo) viviendo en el interior de la Argentina, hacer shopping en China y charlar con los primos que viven en la otra punta del mundo, por videoconferencia y en tiempo real.
Pero el autor, como otros vistos en clase, nos muestra una postura crítica frente a esto. Nos dice que no todo es ganar  en estos tiempos digitales. Y que no es casualidad. Que este pensamiento distraído, fragmentado, superficial y disperso que tanto él como todos exhibimos por estos tiempos tiene, a su entender, una estrecha relación con el hábito de navegar por la web. Y que ésta red, la internet, lo está absorbiendo todo. Lo está abarcando todo. Lo está influenciando todo.
Carr enuncia: “Lo que Taylor hizo para el trabajo manual, Google lo está haciendo para el trabajo mental”. La ética es la misma. La utopía de la eficiencia perfecta taylorista es la utopía de la inteligencia perfecta, la inteligencia artificial que ansía Google y en la que está trabajando. Y los sujetos que aportan la materia prima, los sujetos de estudio, somos nosotros. Cada uno de nosotros, usuarios de internet. Navegando, clickeando, recopilan nuestra información, nuestros gustos y opciones para optimizar su motor de búsqueda.
Chequear cada cinco segundos el celular, navegar superficialmente decenas o cientos de páginas web por día, leer miles de textos fragmentados, carteles parpadeantes, avisos luminosos,  cambia nuestra forma de pensar, reconfigurando nuestros cerebros.  Ahora resta preguntarse: ¿A quién le conviene un ciudadano distraído que no es capaz de ser reflexivo? ¿A quién beneficia una ciudadanía híper consumista, alienada e imposibilitada de concentrarse y pensar profundamente? El autor nos da algunas pistas. Nuestros comportamientos de navegación ayudan a la recolección de nuestros datos y gustos personales.  Google con esos datos que recopila de nuestras elecciones y gustos redirige ofertas comerciales vendiéndole a las empresas la oportunidad de vendernos, de ofertarle a un público seleccionado y segmentado. De dirigir sus acciones de promoción directamente a nosotros: su público potencial. Pero, a mi modo de ver, hay otro gran ganador: el establishment. El grupo selecto de poderosos, la élite que ostenta el poder político y económico. A más ciudadanos fragmentados y distraídos, menos ciudadanos organizados y críticos hacia su poder.
¿Entonces, es internet buena o mala? Podría responder que no es esencialmente ni lo uno ni lo otro, sino lo que hagamos nosotros con ella. También podría responder a esto con las palabras de Carr, que dice que “según confiemos en las computadoras para mediar nuestra comprensión del mundo es nuestra propia inteligencia la que se aplana hasta convertirse en inteligencia artificial”.  O con las palabras del prólogo de Arma Mortal novela negra escrita bajo el seudónimo de Wade Miller:
“Escuche usted, señorita Gilbert. He llegado a pensar que el hombre es la única arma mortal. Tome un arma. Es un objeto totalmente inofensivo e incluso puede ser un buen pisapapeles hasta que un hombre la toma en sus manos. “
 

 Los invito a leer este interesante y controvertido texto: Link para descargar texto de Nicholas Carr en pdf


No hay comentarios:

Publicar un comentario